Wellesley, Craufurd, Hill, Graham y el resto de grandes capitanes británicos fueron al campo de batalla guiándose por los preceptos recogidas en las Reglas y Regulaciones para los Movimientos de la Infantería de Su Majestad. Aunque tales enseñanzas se revelarían en buena parte inadecuadas, su redacción no se debía a un burócrata de oficina o a un teórico desvinculado de la realidad. Muy al contrario, su autor fue un soldado de cuerpo entero no muy diferente de los citados más arriba.
Nacido en Edimburgo en 1735, David Dundas ingresó en la Academia Militar de Woolwich en 1750, de donde salió cuatro años después comisionado como oficial de artillería. Participó en la Guerra de los Siete Años en el teatro europeo en diversos puestos: Estado Mayor, Ingenieros, Infantería y Caballería.
Acabado el conflicto, Dundas sirvió como observador en los ejércitos prusiano, austriaco y francés convirtiéndose en un experto en maniobra. Entre 1778 y 1789 desempeñaría el cargo de Intendente General del Ejército en Irlanda y, paralelamente, redactaría su obra Principios de Movimientos Militares (1788) la que cuatro años más tarde, corregida y aumentada, se publicaría como Reglas y Regulaciones para los Movimientos de la Infantería de Su Majestad.
Hombre tremendamente conservador, Dundas consideraba como ejército modélico al prusiano (de hecho parece ser que la obra del general prusiano Von Saldern Taktik der Infanterie influyó a la hora de redactar la suya propia) de forma que rechazó vivamente las enseñanzas extraídas de la Guerra de Independencia Norteamericana, sobre todo en lo que se refiere a la novedad que representaba la infantería ligera.
Tuvo ocasión de volver al servicio activo durante las Guerras Revolucionarias, participando en la campaña de Córcega de 1794. Dos años después fue nombrado Intendente General del Ejército Británico, cargo que mantuvo hasta 1803. En 1804 recibió el cargo de gobernante del Real Hospital Militar de Chelsea( que mantendría hasta su muerte) y, en 1809, fue nombrado Comandante en Jefe. Falleció en Chelsea el 18 de Febrero de 1820.
Irónicamente, la infantería ligera tan despreciada por Dundas desempeñó un papel de primer orden en la campaña de la Península y supuso un anuncio de que la época de la línea rígida y estática estaba llamada a desaparecer.
© Fernando J. Suárez
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