martes, 29 de marzo de 2011
LIBRO I - Capítulo 15
viernes, 25 de marzo de 2011
LIBRO I - Capítulo 14
miércoles, 23 de marzo de 2011
La Guerra de Berbería
Desde 1783, los barcos mercantes de los Estados Unidos estaban presentes en el Mediterráneo dado el convencimiento de los líderes norteamericanos de que su futuro residía en el mar y en el comercio. Tan convencidos estaban de ello que no tuvieron inconveniente en librar importantes partidas de dinero como tributo (y como seguro) a los estados piráticos del Norte de África, esto es, el Sultanato de Marruecos, Trípoli, Túnez y Argel (estos tres últimos dependencias autónomas) del Imperio Otomano.
En 1801, al acceder Thomas Jefferson a la presidencia de los EEUU, se declaró la guerra toda vez que el Pachá de Trípoli, frustrado porque la nueva administración norteamericana había suprimido los pagos, humilló la bandera de las barras y estrellas que ondeaba en el consulado de Trípoli. Túnez y Argelia acudieron en auxilio de Trípoli, no así Marruecos que permaneció neutral hasta el año 1802.
El conflicto (26-02-1801/04-06-1805) fue ante todo una guerra naval: bloqueos, persecuciones, enfrentamientos singulares entre navíos… pero sirvió para que los Estados Unidos prestaran atención a su Marina de Guerra, algo que resultó muy beneficioso en la Guerra de 1812, y que les convertiría en una potencia naval a tener en cuenta
Dos hechos de singular importancia tuvieron lugar en esos años: el incendio de la fragata Philadelphia en el puerto de Trípoli (16 de Febrero de 1804) por parte del trozo de abordaje que intentaba recuperarla y, sobre todo, la épica marcha de medio centenar de hombres (apenas una decena de marines de Estados Unidos y mercenarios árabes y griegos) siguiendo la línea de costa desde Alejandría (Egipto) hasta la fortaleza de Derna (Trípoli) (Marzo–Abril de 1805) y la captura de esta última, que ganaría fama en el himno del Cuerpo de Marines con la estrofa “to the shores of Tripoli”.
domingo, 20 de marzo de 2011
LIBRO I - Capítulo 13
jueves, 17 de marzo de 2011
LIBRO I - Capítulo 12
miércoles, 16 de marzo de 2011
Sir Hugh Gough
domingo, 13 de marzo de 2011
LIBRO I - Capítulo 11
jueves, 10 de marzo de 2011
LIBRO I - Capítulo 10
martes, 8 de marzo de 2011
Angus Talling, H.E.I.C

Nacido en 1777, desde niño sintió la llamada de la India a causa de los relatos sobre las hazañas del general Robert Clive, que le impresionaron profundamente. A los quince años ingresó en la Milicia de Tipperary como soldado raso a las órdenes de su padre, pues éste insistió en que debía hacerse digno de sus galones, aunque fuera en la Milicia. En 1798, después de servir como ayudante de su padre durante la rebelión, y merced a la influencia de su abuelo, entró como subalterno al servicio del teniente coronel Thomas Bridges, adscrito al Ejército de la Presidencia de Madrás.
Con apenas veintidós años, el joven Angus llegó a la India a tiempo de participar en la campaña de Seringapatam (Mayo de 1799) como segundo teniente en el Primer Regimiento de Infantería Nativa de Madrás.
Los tres años siguientes, de relativa calma, los dedicó al aprendizaje de lenguas nativas y a familiarizarse con los usos y la cultura orientales. Como resultado, en 1803 ya hablaba hindi y marathi y progresaba con el urdu. Ese mismo año pasó a formar parte del rol del 12 Regimiento de Infantería Nativa de Madrás, concretamente la primera compañía de granaderos del segundo batallón. En este puesto participaría en la campaña de Assaye, en la Segunda Guerra Mahratta (1803-1805). Su comportamiento durante el asalto a las baterías, mandadas directamente por el mercenario hannoveriano coronel Anthony Pohlmann, antiguo oficial de la Compañía, le valió el elogio del mismísimo general Arthur Wellesley.
En 1805, finalizada la guerra, Angus volvió a concentrarse en sus estudios de lenguas y cultura autóctonas. Se ha convertido en un oficial muy apreciado por sus superiores, que le encomiendan misiones delicadas habida cuenta de sus conocimientos de las lenguas y usos locales lo que, asimismo, le ha concedido la confianza de los soldados nativos a sus órdenes, muy receptivos a los oficiales europeos capaces de hablar su idioma y respetuosos de sus costumbres.
Tres años después ascendió a capitán de la primera compañía de granaderos del II/12.

(C) Fernando J. Suárez
domingo, 6 de marzo de 2011
LIBRO I - Capítulo 9
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Mariscal Soult |